El Naranjal en el Festival de Cine Creative Commons Bogotá 2014
Hay muchos festivales de cine en el mundo. ¡Muchos! Unos te dan plata por enviar material, otros te cobran por enviar algo, otros te ponen a concursar y se quedan con los derechos, otros no tienen dinero pero son una plataforma adecuada para difundir lo que estás haciendo y pueda llegar a otros ojos y otros corazones.
El Festival de cine Creative Commons que ocurrió en Bogotá a mitad y finales de septiembre del 2014 se puede decir que es de los humildes, que sin mucha plata (eso sí, mucho patrocinio) hace un encuentro académico, cinematográfico, de creación, concursos creativos, y un encuentro de realizadores.
Y como El Naranjal, antes que desaparezca es un producto licenciado Creative Commons, y trata de narrar historias para muchas pantallas, hicimos lo posible, tanto en dinero como en tiempo, de estar presencialmente en el festival y aprovechar el espacio que nos brindaron desde la organización para contar el cuento sobre nuestro proyecto documental web.
Les queremos compartir la charla que dimos en la universidad Agustiniana, frente a un montón de futuros cineastas y creadores para múltiples pantallas:
(La charla arranca a partir del minuto 29)
Tratamos de decir todo, y sin embargo se quedan muchas cosas sin contar siquiera. Nos gastamos todo el tiempo contando el reto que tenemos entre manos: “hacer un museo virtual de un barrio que no existirá más”, y no dejamos tiempo ni para preguntas del público…. Eso no es malo, eso significa que el proyecto nos supera en tamaño y fuerzas.
Pero ahí estuvimos, mostrando algunas historias, compartiendo intuiciones acerca de la tal transmedia y multiples narraciones.
Además asistimos a otras charlas donde aprendimos y trolleamos a otros conferencistas, e hicimos parte de la salida de campo del Taller Webdoc centro de Bogotá que nos permitió meternos al corazón de la ciudad de la mano de otros gomosos de esto de la transmedia.
Gracias a Alejandro Ángel que siempre nos tiene en cuenta. Gracias a Punto Link, que se gasta sus ganancias en nuestras obsesiones.