De la incredulidad al temor

La incredulidad que parecía existir en los albores del siglo XXI con respecto a la transformación del barrio El Naranjal se desvanece con la destrucción de la primera manzana del barrio en noviembre de 2013, pero aún perdura el temor en varios de sus habitantes y trabajadores

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26 de Junio de 1999, El Mundo

“Lo único que les importa es que si los reubican que sea a todos juntos, porque los comerciantes necesitan de los mecánicos y estos de ellos” El Mundo, 1999

El desorden del barrio es una de las razones para que éste sea foco de la renovación urbana, iniciativa que busca racionalizar los usos del suelo, poner orden en el sector.

La falta de orden en el barrio supone que allí existe es un caos, esta apreciación se limita a lo que visualmente podemos encontrar en el barrio. pero si miramos la dinámica económica que existe, vemos que en el barrio existe toda una red económica de servicios.

En el barrio El Naranjal la actividad económica es bastante grande, es un barrio en constante movimiento donde los carros entran a buscar algún tipo de servicio, entran vendedores ambulantes a vender repuestos y accesorios para automóviles, entran chazas, carretas y carros con ventas de jugos, aguacate, banano, ropa y otras cosas mas que demandan las personas que pasan parte del día en este lugar.

Juguito
Juguito, 2013

El mecánico arregla el carro de su cliente, mientras éste puede estar comiéndose un corrientazo en uno de los caspetes que funcionan como restaurantes. A su vez el mecánico pasa parte de su tiempo libre en la tienda de la esquina donde se toma una cerveza y comparte con sus amigos.

“Yo no quisiera que se llegara a ese extremo de reubicarnos en otra parte. Si construyen un edificio que nos dejen por aquí para seguir trabajando todos unidos” Habitante barrio El Naranjal. El Mundo 1999

La variedad de servicios que existen en el barrio están, en cierta forma, vinculados unos a otros, por eso muchas de las personas tienen incertidumbre porque la dependencia económica del lugar, de quienes lo habitan, trabajan y frecuentan puede verse quebrantada si los distintos oficios quedan dispersos por la ciudad.

Fuentes. El Mundo, 26 junio 1999-Habitantes barrio El Naranjal